Por iniciativa del Consejo Nacional, hace 48 años, el 7 de junio de 1973, se da nacimiento al Departamento de la Mujer.
La responsabilidad de armar aquel departamento recaerá sobre Eva María Sarka, eslovaca, nacionalizada argentina; una joven docente, profesora en Ciencias de la Educación y afiliada a la ATE desde 1972, año en que ingresara al Departamento de Capacitación del Instituto Nacional de Estadística y Censo de la República (INDEC).
Su desempeño y pregón, habían llamado la atención de la conducción nacional. De allí la propuesta de la creación de un espacio de participación de las mujeres estatales, mediante la designación de una compañera desde el Consejo Nacional a través de un cargo no electivo. Una vez aprobada la moción en el Congreso anual, resultará Eva Sarka la compañera estatal que honrará con su militancia aquel espacio.
Destaca hoy la compañera: “Luis Daldini, dirigente nacional,fue quien llevó adelante la propuesta siendo poseedor de una atenta mirada política, sabiendo observar la nuestra, poseedora de un carácter más social. Las mujeres ante cualquier situación aparecíamos con mayor fuerza, reclamando por justas reivindicaciones y por necesidades genuinas como mujeres. Sucedía en todos los ministerios, y éramos mayoría”.
Eva María, docente del Estado, venía pregonando en su dependencia de trabajo la creación de un jardín maternal, con el objetivo de que las empleadas con hijos de corta edad pudieran asistir al cumplimiento de sus tareas, sin la necesidad de dejarlos en tradicionales guarderías, o bien que enfrentaran el conflicto de no tener donde dejarlos.
Rescatada Eva María, desde el Area Memoria Histórica del Departamento de Cultura, resalta que “Se trataba de un problema social. Muchas, como era mi caso, vivíamos muy lejos. La figura del jardín maternal, no implica un espacio en el que una deja allí a su hijo y a otra cosa, sino la posibilidad de que las mujeres pudieran dar de mamar al niño, que nuestros jefes nos permitieran salir a ese lugar instalado en la misma dependencia. Se trataba de una idea superior a la vieja ley de Palacios que fijaba que debía existir una guardería donde hubiese 50 mujeres, algo que, por otra parte, no se cumplía. Entendíamos que debía existir ese espacio aunque no hubiese 50 empleadas. Y por qué solo mujeres, sino también para papás que pudieran necesitarlo. Nosotros no éramos feministas en el sentido “istas”. Se trataba de no solo reivindicar a la mujer, sino a la familia, la salud del niño, el fortalecimiento del afecto, la atención a un tema biológico”.
Aquella idea no llegó a concretarse entonces, pero sí con el paso de los años. Cuando Eva, tras el golpe de Estado de 1976 regresó de su exilio en España, al pasar por su antiguo lugar de trabajo, pudo observar que en el piso 12, su sueño se había convertido en una realidad. “No asistí a la creación, pero fue una satisfacción ver que mi idea se había concretado”-
Señala Eva Zarka que “La ATE, previo al golpe de Estado, se convertiría en unos de los primeros gremios en contar con un espacio desde donde atender las problemáticas de la mujer desde el plano social, no solo de lo específicamente gremial. Lejos de los enunciados de los movimientos feministas de la época, que intentaban resolver su principal contradicción con el hombre, imitándolo, compitiendo con él en todos los campos, renegando de su condición de mujeres. Destruyéndose a sí mismas y, por lo tanto, a la familia, base de la comunidad organizada. Luego de armar la Comisión, comencé a comunicarme con otros sindicatos, consultando sobre si existían experiencias similares para comenzar a interactuar. Y lo hicimos”.Trataron de motorizar la iniciativa hacia el interior de la central obrera, lo que fue aceptado, pero por debajo de los cargos electivos, manteniéndose la hegemonía estatutaria tradicional, algo que llevó a que decidieran dar por finalizada la experiencia y seguir aportando desde sus organizaciones de base.